¡Hola amigos! ¿Cómo celebraron el día de San Valentín? Espero que muy bonito. A mí me encantan las celebraciones, para mi es la excusa perfecta para hacer algo divertido. Y qué lindo es ver a la gente alegre, y con una sonrisa en los labios – como anticipándose a la sorpresa- ¿fascinante verdad? Me parece refrescante el aire de amor que se dispersa en este día, el intercambio, las rosas, las comidas especiales, la verdad que todo es muy armonioso. Mi esposo y yo solíamos comer fuera en este día, pero desde la llegada de nuestro chiquitín, nuestra cocina es nuestro punto de reunión y nuestra casa es donde hoy en día preferimos disfrutar nuestro romance, alrededor de nuestra familia y amigos. Por lo general, nos reunimos en la cocina, mi esposo Ben abre una botella de vino- preferiblemente rojo, él le gusta el pinot noir, -a mí también- pero prefiero el Malbec, un riesling, un merlot, un cabernet sauvignon, y para satisfacer mi lado dulce, un moscato; en fin me gustan todos. Mientras cocino, disfrutamos del vino y escuchamos música; yo prefiero escuchar Pandora, Ben prefiere Batanga y Christopher prefiere YouTube y su canción del ABC- ¡tienen que escucharlo! es simplemente fascinante escuchar a mi pequeño de 22 meses cantando el abecedario con el ritmo y todo…. y cuando no puede pronunciar una letra más entonces la canción sigue así…..mama, dada, mama dada…. Es hermoso y la mejor música para nuestros oídos. Este es sin duda alguna, mi mejor momento y por esta misma razón, mi casa alrededor de mi familia es el lugar donde prefiero estar.
Entonces les decía que el día de san Valentín estuve excitada y ocupada pues estuve escribiendo, cocinando, tomando fotos y esperando a mi esposo con un postrecito, preparado especialmente para él, para compartirlo con todos ustedes y para Christopher también. Al chiquito les fascinan los postres, los cuales por supuesto se lo tengo limitados, pero por ser un día especial, le di la libertad de disfrutarse un rollito de dulce de leche, un poquito de dulce no le va mal a nadie, ¿verdad?
Y a la cocina me fui a preparar un postre inspirado del libro “Nobu Miami” escrito por el chef Nobu Matsuhisa y chef Thomas Buckley. Yo soy una seguidora de la cocina del chef Nobu; su comida me inspira. El chef Nobu combina creativamente los ingredientes y estilo de dos culturas, la peruana y la japonesa. En sus platos la historia de la comida peruana es expresada y combinada con ingredientes japoneses para mostrarnos los rasgos artísticos y personales de este talentoso chef. Yo como amante de ambas cocina, no me opongo a tanta belleza. Les cuento que cuando yo estaba terminando mi programa de arte culinario, aplique para hacer un “trial” o una prueba en Nobu 57 en Manhattan, me gustó mucho lo que vi allá, y hasta me pagaron. Sí, me pagaran, $50 dólares, no fue mucho pero a mí me pareció una acción honorable. Por lo general en Nueva York las pruebas no la pagan. De todas las pruebas que hice, incluyendo un internado de 3 meses, Nobu fue el único restaurante que me pagó. ¡Ah! Y que no se me olvide mencionar que la comida es exquisita, pero costosa – no obstante, la calidad justifica el costo-. Mientras ojeaba el libro mis ojos se pararon en un postre “Banana Harumaki with Sesame Ice Cream”, o rollitos rellenos de banana con helado de ajonjolí. Los ingredientes del postre incluyen, banana, dulce de leche y chinolas o maracuyá como se le llama a esta fruta en el Sur de América. Tres ingredientes que yo conozco bien. Tenía gran parte de los ingredientes, pero no las maracuyás. Así pues muy determinada me fui a la calle a tratar de encontrarlas; pero mi esfuerzo fue en vano, no las encontré. Cuando llegue a mi supermercado local, encontré guayabas “bingo” me encantan las guayabas, las mismas que yo comía cuando vivía en la Republica Dominicana.
Estaban ahí como si esperando por mí, en mi supermercado local – pequeñas, amarillas y muy bonitas-. Que extraño pensé yo, nunca encuentro este tipo de frutas tropicales en Estados Unidos y menos en mi supermercado local. Pero nada en la vida pasa por pura casualidad, siempre hay una razón, y yo diría que en este caso, la razón era mi postre “Rollitos rellenos de dulce de leche y banana con crema Babaría”. Usé las guayabas en tres formas, en la crema bavaria, a la plancha y frescas. Parece muchas guayabas, pero la verdad es que los tres estilos terminaron bailando y balanceado-dese cada uno con su propia características crujiente, agrio-dulce, suave y exquisitamente livianito. ¡Disfrútenlo!
Rollitos rellenos de dulce de leche y banana con crema Bavaria
Para los rollitos:
16 piezas de maza de wontón (se pueden comprar en los supermercados chinos)
2 -4 bananas fresca (o la cantidad que necesites) cortado en tiras de 2-3 pulgadas.
4 cucharas de dulce de leche
1 huevo (o 1 cucharada de harina y agua mezclada)
Aceite vegetal
Para la crema:
1 ½ (12 oz.) Tazas de puré de guayabas
4 oz. De azúcar
2 hojas de gelatina (remojada en agua)
1 ½ (12 oz.) tazas de crema de leche
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Para las guarniciones de guayabas:
1 libra de guayabas frescas – divididas (cortadas en cuadros para cocinarlas a la plancha y rueditas fina para decorar)
1 cucharita de pimento dulce (paprika)
1 cucharita de azúcar gruesa negra (orgánica)
Procedimientos:
Para los rollitos o wontóns:
Ponga las masas de los wontóns en una superficie plana y pásele una brocha semi mojada. Esto es para evitar que se sequen mientras los envuelves. Ponga un pedacito del banano en el medio y cubra con el dulce de leche. Séllelo bien con la pasta de harina o el huevo.
Fría los rollitos a término medio hasta que cojan color. Si tienen un termómetro para medir el aceite, mida el aceite a 325 ºF o 160 ºC. Transporte los rollitos a un plato con toallas de papel para escurrir el exceso de aceite.
Para la crema Bavaria:
Ponga el puré de guayaba en una olla que se caliente en la estufa; también puede calentarse en el microonda. Retire del fuego e incorpore la gelatina previamente remojada. Mezcle bien hasta que la gelatina este bien integrada. Enfrié la mezcla en un baño de hielo. Mantenga fría and reserve un poquito para adornar el plato. Mescle con una varilla o en una batidora pastelera la crema de leche, hasta que adquieras una consistencia parecida a un merengue. Incorpore el puré de guayaba a la crema. Ponga la crema bavaria en una manga o bolsa pastelera y manténgala en el refrigerador hasta que la sirva.
Para las guayabas a la planta:
Sazones 3 o 4 guayabas con el pimentón dulce (paprika) y la azúcar negra. Saltee las guayabas en un salten (con marcas de parrillas) en la estufa por unos minutos. Hasta que la azúcar se caramelice y las guayabas adquieran color.
Para montar el plato:
En un plato coloque las guayabas frescas en forma circular. Aderece cada ruedita de las guayabas frescas con las guayabas salteadas y la crema bavaria. Rosee por encima con un poquito de azúcar gruesa colorada.
*Nota: El dulce leche puedes comprarlo – yo use uno de marca brasileña que me trajo mi vecina de Brasil- o puedes hacerlo en tu casa con una lata de leche condensada. Si decides hacerlo, empiece por quitarle el cello a la lata y después lo sumergen en una olla con agua hirviendo. Bajen el fuego y cocine por 4-5 horas, siempre asegurándose de que la lata este cubierta completamente con agua durante todo el tiempo de cocción. También quería comentarle que los rollitos se pueden hacer de antemano y después refrigerarlo o hasta frisarlos. Solo asegúrese de guardarlos en un recipiente bien cerrado y de echarle un poquito de harina de maíz para evitar que se peguen. Cuando estén haciendo los rollitos asegúrese de sellarlos bien, con la pasta de harina y agua o con el huevo. Les recomiendo buscar en YouTube como envolver los rollitos o wontóns, yo hice eso y me funciono bien. Diviértase
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